Desde hace tiempo me ha inquietado la necesidad de re-pensar sobre mi trabajo. El que hasta ahora he realizado como creador en las artes visuales y que por reflejo llamo (u otros han llamado) artístico. No es que no haya tenido intenciones de realizarlo como una actividad artística, sino que, desde estudiante parecía lo correcto cuestionar su validez como tal y además desconfío un poco de mi mismo, porque no siempre estoy consciente de donde vienen todas mis motivaciones creativas. Y, como muchos han experimentado, hay algunos circuitos del arte que exigen al artista (autonombrado como tal, legitimado por otros o sólo designado temporalmente), un control sobre sus ideas.
Soy artista visual de profesión1 y me gusta trabajar con fierros electrónicos y digitales, pero también es cierto que tengo más de una década trabajando en lo que otrora se llamaran medios masivos y que hoy dicen que son otra cosa. Mis intenciones creativas ha viajado insatisfechas por una vida laboral en los medios de comunicación2 y a la vez se han movido con constancia intermitentemente en los circuitos del arte.
La exposición que se inaugura mañana comenzó después de plantearme: ¿Qué he hecho como productor artístico? ¿es coherente en sí mismo? o todavía más desgastante ¿es coherente con lo que vivo y pienso, con mi idea mundo, con mis genuinos intereses o ha estado motivado solo por pertenecer a un circuito, o circuitos, de reconocimiento?.
◀︎ PLAY ▶︎ no responde nada de eso pero, como un proceso autoetnográfico, al menos deja claro que es posible encontrar un poco de sentido en lo que parece no tenerlo.
- Entiéndase: porque lo estudié en una universidad pero además porque he participado de ciertos circuitos del arte contemporáneo desde finales de los 90’s a la fecha, pero no vivo de ello… aun
- Cosa que me motivó a crear un Vlog (Video blog, para quien no conozca la palabreja medio techi)
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